
LA OBESIDAD Y SUS CAUSAS
Facebook-f Instagram Infórmate LA OBESIDAD Y SUS CAUSAS CONOCE QUÉ NOS ESTÁ LLEVANDO A PADECER OBESIDAD Y CÓMO CONSEGUIR UNA SOLUCIÓN REAL En la actualidad
Comenzamos este 2020 con la noticia de que las pizzas, hamburguesas y patatas fritas volvían al menú de las escuelas de Estados Unidos, reduciéndose la cantidad de frutas, verduras y alimentos frescos que les ofrecían a los niños. Ahora en nuestro país nos encontramos con las polémicas medidas que ha tomado la Comunidad de Madrid al recurrir a cadenas de comida rápida para garantizar los menús escolares de familias beneficiarias de la Renta Mínima de Inserción, mientras sigan los colegios cerrados por la crisis sanitaria.
Los motivos que promueven estas medidas son principalmente económicos, sin tener en cuenta para nada la salud de los niños, pero también se deben en parte a que todos tenemos un concepto erróneo de lo que es la comida infantil. Es momento de pararse a pensar por qué hoy en día toda la comida que relacionamos con los niños es insana: chucherías, chocolatinas, comida rápida, productos precocinados, postres, helados, zumos, refrescos, galletas, cereales de desayuno… Azúcar y más azúcar, escasos nutrientes y sabores que nada tienen que ver con los alimentos reales.
La excusa que se ha puesto para darles esta clase de alimentos a los niños, tanto en los colegios como en sus casa, es la de que es lo que les gusta. Es cierto que a muchos niños les encantan estas comidas, pero que algo les guste no significa que no les perjudique.
Básicamente, por nuestra culpa. Hemos sabido aprovechar que los niños tienen un gusto innato por las cosas dulces e hipercalóricas para venderles miles de porquerías artificiales que no necesitan.
Esta tendencia que tenemos cuando somos niños hacia cosas dulces y que aportan mucha energía ha sido esencial para la supervivencia de la especie. La primera cosa dulce que tomamos es la leche materna, por lo que es necesario que nos guste su sabor. Después, debemos asegurarnos un correcto crecimiento ingiriendo suficiente cantidad alimentos. Por lo que, por instinto, tendríamos tendencia hacia cosas nutritivas y energéticas como los cereales, las legumbres, la carne, los huevos o el pescado y hacia cosas dulces como la fruta y la verdura. Sí, la fruta y la verdura son dulces, aunque ya nuestro umbral del sabor casi ni lo perciba.
Pero a este instinto no le ha dado tiempo a evolucionar con la rapidez que lo ha hecho la industria alimentaria en los últimos 50 años. Han llegado los alimentos ultraprocesados, superdulces y palatables, con sabores y texturas muy agradables y con gran porte de energía y los niños los han aceptado inmediatamente como algo positivo y deseable, que incluso deja de insulsos y sosos a los alimentos reales.
Al poder que tienen de por sí estos alimentos hay que sumarle el trabajo magistral que lleva detrás su publicidad. Todo está pensado al milímetro para atraer tanto a niños como a padres a esos productos. Para los niños utilizan colores y dibujos llamativos, personajes favoritos e incluso regalos incluidos. Para los padres utilizan mensajes que aseguran que con ese producto sus hijos van a estar perfectamente alimentados y felices, dando a entender que incluso son mejores que la comida normal. Pero sea como sea, todo es puro marketing, no son alimentos que estén diseñados especialmente para alimentar a nuestros hijos, solamente están diseñados para que los compremos y consumamos constantemente.
Además de por toda la gama de porquerías para niños que encontramos en el supermercado, este concepto de que alimentación infantil es igual a comida basura se puede apreciar también en los bares y restaurantes. Todos hemos estado en algún restaurante en el que el menú infantil era básicamente fritangas, salchichas, nuggets de pollo, palitos de pescado, pastas con pseudo-queso y poco más, helados y refrescos, mientras que los adultos podían elegir platos nutritivos como una parrillada de verduras con una carne o un pescado de buena calidad.
Esos menús se han diseñado pensando en que los niños tienen que comer diferente a los adultos, tienen que comer cosas de niños. Pero la realidad es que no existe la comida para niños, tienen que comer los mismos alimentos saludables que los adultos. Como se ha hecho durante toda la historia de nuestra especie.
Por tanto, los menús infantiles, ya sea en casa, en los colegios o en los restaurantes, deberían estar compuestos únicamente de alimentos saludables siguiendo la misma estructura que el plato saludable mitad verduras y frutas, un cuarto de alimentos proteicos de calidad y un cuarto de cereales integrales o patatas. La diferencia estará en que tienen que comer menos cantidad que los adultos y en que la comida tiene que ir adaptada al las capacidades motrices y de masticación y deglución que tengan en cada etapa.
Recordad que la infancia es la etapa de nuestras vidas donde la alimentación es más importante que nunca y es cuando peor nos estamos alimentando. En estas edades es cuando más nos afectan las carencias y los excesos, cuando se forjan nuestros gustos y se crean las bases del tipo de relación que vamos a tener con la comida durante toda nuestra vida. Debemos darle la importancia que se merece y no dejar a los niños a merced de los intereses económicos de los adultos.
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